MANTENIMIENTO FÍSICO EN LA PISCINA
Piscinas y el mantenimiento físico
Aunque cada piscina de entrenamiento puede presentar sus propias características y particularidades, algunas recomendaciones generales que se deben tener en cuenta respecto.
Geometría rectangular. La forma rectangular es la más recomendable a la hora de diseñar una piscina de entrenamiento, ya que facilita su uso y el aprovechamiento del espacio disponible.
Dimensiones estandarizadas. Aunque se pueden encontrar de diferentes tamaños, los más habituales de 25 m x 12,5 m o de 25 m x 16,5 m.
Temperatura. Según lo recomendado por la FINA, la temperatura del agua debe estar entre los 25 y los 28 ºC.
Profundidad. Para nadadores ocasionales o aficionados, lo más recomendable será que cuente con una profundidad de 1,4 m. En el caso de usuarios profesionales, se recomienda que al menos alcance los 1,8 m.
Tiempo de recirculación. Depende de las reglamentaciones locales, pero lo más habitual es que el tiempo de recirculación oscile entre las 2 y las 4 horas.
Tratamiento del agua. Se recomienda el uso de un sistema de tratamiento de agua ultravioleta o un clorador de sal. Ambos reducen al mínimo la presencia de subproductos derivados del cloro, lo que mejora el bienestar de los nadadores y reduce de forma considerable las molestias oculares y la irritación de la mucosa.
Recirculación del agua. Un sistema de desbordamiento alrededor de todo el borde de la piscina es el método más eficiente.
Accesorios de piscina. Se recomienda que cuenten, al menos, con marcadores de carril, podiums, indicaciones de giro de espalda e indicadores de inicio en falso.